Estoy sentado al lado de mis compañeros, estudian para un
examen que yo no tendré, se ven preocupados. Aprender algo parece más divertido
cuando no estás obligado a hacerlo.
Una vez
mi padre me dijo que cualquier cosa que haga, no importa de qué se trate, debe
hacerse con pasión. Es algo extraño de pensarse, mucho tiempo creí que se
refería estrictamente a la escuela y así la vi por mucho tiempo. Fui conociendo
otras cosas que llenaban el hueco que quedaba de intentar forzarme a apasionarme
por todo lo que veía en clases, con el tiempo me di cuenta de que la escuela, a
pesar de ser muy importante, no te abre todas las puertas.
Las personas parecen en ocasiones
olvidar que la educación que reciben será la base de sus vidas, no sólo su
profesión; en general, cuando uno es estudiante leer y escribir sobre cosas
que no volverás a ver en tu vida parece lo más importante del mundo, y así es
por unos varios años. Tal vez por eso dicen las personas mayores que la mejor
época es la de ser estudiante, los problemas del mundo parecen insignificantes
comparados con el examen de Variable Compleja del Miércoles.
La inspiración llega, pero debe
encontrarnos trabajando, como dijo Picasso. Esto no significa que debamos
ignorar nuestras responsabilidades para dedicarnos únicamente a lo que nos
apasiona, el mundo estaría lleno de gente triste si sólo aprendiéramos aquello
que nos gusta, entonces el poder de elegir y las responsabilidades no tendrían
ningún peso ni sentido.
La pasión a la que se refería mi
padre es hacer las cosas con gusto, o al menos darles la importancia que se
merecen en el momento indicado. Cuando seas un montón de información y
competencias, podrás ver con mucha más claridad qué es lo que te hace feliz. Por
ahora yo sólo soy el metiche que vino a hacer bola mientras los demás estudian
para el examen.
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