jueves, 6 de julio de 2017

Detached

Estoy exhausto.

Tengo el cuerpo roto, el alma en pedazos. 

Mi cordura pende de un hilo.

Pienso cómo saltarme el estar así.

Lloro a puerta abierta, no oculto ninguna lágrima.

Me siento atrapado.

Miro mi techo, paso el tiempo leyendo las figuras que creo ver.

Imagino que quieren decirme algo.

Lloro a puerta cerrada, no quiero que nadie me vea.

Tomo mi pluma.

Suelto mi muñeca en el papel.

Me siento vacío, debería poder sacar algo.

Siento que no hay nada dentro que no haya escrito.

Deseo un abrazo, uno sincero, sin tener que perseguirlo.

Miro la pared, imagino cómo hice todas las manchas a la altura de mis manos.

Vuelvo a mis palabras, las miro.

Levanto los ojos.

Tengo la mirada fija en una pantalla, sigo buscando algo.

Intento dormir, cierro los ojos por horas hasta que dejen de arder.

Dejo mi lecho.

Obedezco a mi oído.

Me busco en la música.

Suelto mis manos, me dejo guiar por ellas.

Tengo mi corazón en ellas.

Me siento pesado.

Caigo.

Me acerco a mi sombra y pienso.

Me sigo forzando a confiar.

Me alejo.

Trato de convencerme de ver alguna luz.

Cualquier luz.

Sigo escribiendo, sigo componiendo, sigo leyendo, sigo recitando.

Sigo sintiéndome vacío.

Sigo tecleando.

Sigo pensando.