miércoles, 2 de diciembre de 2015

The Room's Cold and Frightening

Hay un tipo de dolor del que no me hablarás. Estar sola, con tantas personas rodeándote, sintiendo que nadie te entiende, y sin embargo, buscando a alguien que lo haga. Estando en medio de una tormenta de miradas no es tan sencillo conocer corazones, funciona como una hoja doble, mientras te hieren evitan que alguien más se acerque.

                Vives en decepción, no pudiendo permitirte confiar en nada más que en ti; porque, quién más que tú para comprender cómo te sientes. Definitivamente eres tú en quien puedes contar, nadie más te da esa seguridad. ¿Qué ocurre cuando no puedes entender qué es lo que sientes? En qué te apoyas para aventurarte al mundo si tu ventana a ti misma no es más que un reflejo de lo que el mundo te dijo que fueras. ¿Qué tanto de ti queda?


                Te dijeron que cuando te mires al espejo y no te encuentres, podrías considerarte sola. Con una frase trataste de darte ánimos a seguir adelante y seguir encontrándote en el reflejo, porque es tu reflejo. De qué más sería, si lo que te hace perfecta no es lo que crees que deberías ver en ti, sino lo que pasas desapercibido. Tu reflejo es más que sólo lo que te toca, es también lo que nace desde tu pecho; pues no importa cómo lo veas, el mundo es quien nota aquello que te parece tan natural que no te das cuenta de lo maravillosa que eres. Debes confiar en ti, en la persona más imperfecta que conoces, y debes tener la certeza de que en el futuro harás bien, pues si no tienes la confianza no te queda más que esperar. No perder la confianza es la parte que da miedo, pero te aseguro que en cuanto empieces a creer en ti te darás cuenta de que en realidad nunca estuviste sola, tienes más amor del que crees. 

lunes, 24 de agosto de 2015

Don't Worry About A Thing

Estoy sentado al lado de mis compañeros, estudian para un examen que yo no tendré, se ven preocupados. Aprender algo parece más divertido cuando no estás obligado a hacerlo.

                Una vez mi padre me dijo que cualquier cosa que haga, no importa de qué se trate, debe hacerse con pasión. Es algo extraño de pensarse, mucho tiempo creí que se refería estrictamente a la escuela y así la vi por mucho tiempo. Fui conociendo otras cosas que llenaban el hueco que quedaba de intentar forzarme a apasionarme por todo lo que veía en clases, con el tiempo me di cuenta de que la escuela, a pesar de ser muy importante, no te abre todas las puertas.

Las personas parecen en ocasiones olvidar que la educación que reciben será la base de sus vidas, no sólo su profesión; en general, cuando uno es estudiante leer y escribir sobre cosas que no volverás a ver en tu vida parece lo más importante del mundo, y así es por unos varios años. Tal vez por eso dicen las personas mayores que la mejor época es la de ser estudiante, los problemas del mundo parecen insignificantes comparados con el examen de Variable Compleja del Miércoles.

La inspiración llega, pero debe encontrarnos trabajando, como dijo Picasso. Esto no significa que debamos ignorar nuestras responsabilidades para dedicarnos únicamente a lo que nos apasiona, el mundo estaría lleno de gente triste si sólo aprendiéramos aquello que nos gusta, entonces el poder de elegir y las responsabilidades no tendrían ningún peso ni sentido.


La pasión a la que se refería mi padre es hacer las cosas con gusto, o al menos darles la importancia que se merecen en el momento indicado. Cuando seas un montón de información y competencias, podrás ver con mucha más claridad qué es lo que te hace feliz. Por ahora yo sólo soy el metiche que vino a hacer bola mientras los demás estudian para el examen.

viernes, 8 de mayo de 2015

Javiercito el Preescolar

Érase una vez un pequeño niño preescolar llamado Javier, sus padres le llamaban Javiercito el preescolar y era el pequeño niño preescolar más feliz del mundo.

                Una tarde, Javiercito estaba jugando con su amigo imaginario, Ernesto, a que los dos eran gigantes mutantes destruyendo todo lo que tocaban. Lamentablemente para ambos, Ernesto rompió un florero de la madre de Javiercito, ganándoles un seguro regaño muy fuerte.

                La madre de Javiercito era una doctora estresada, agobiada por una depresión y crisis nerviosa que conlleva tener un hijo pequeño con imaginación peligrosa, pero una mujer astuta. Esta vez fue paciente con Javiercito y Ernesto; Les dejó irse con una advertencia, solamente con romper otra cosa en la casa les concedería el deseo de ser monstruos gigantes mutantes, ambos se fueron pensando que habían tenido suerte, pero cuando doblaron el pasillo camino a su habitación, Ernesto volvió a romper un florero. Con miradas de verdadero pánico, aceleraron el paso a esconderse mientras la madre de Javiercito miraba silenciosamente con una sonrisa macabra en el rostro.

                Un par de días pasaron, y parecía que la horrenda maldición que les había causado terror no era tan importante, pues no parecían estarse convirtiendo en un par de mutantes.
– ¡Mira, Papá dejó su guitarra y su maletín en la sala! – Dijo Javiercito emocionado.
– ¿Por qué no me dibujas mientras poso como estrella de Rock? – Continuó Ernesto.
Y mientras se disponían a dejar salir su lado artístico, Javiercito se dio cuenta de que la guitarra sonaba bastante bien para ser tocada por un amigo imaginario. Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que su dibujo estaba resultando en un retrato muy detallado.

Asustado, salió corriendo con elegancia y al llegar a su cuarto pensó que su equilibrio había mejorado y que la mejor manera de saber qué ocurría era cuestionar a su madre directamente, no quería que se asustara de ver a su hijo convertido en una cosa del demonio. Buscó sus zapatos e intentó hacer que entraran, pero no lo hicieron, estaba aterrorizado por la idea de estarse convirtiendo en un monstruo gigante, y el notar que estaba razonando mejor enredó aún más su cabeza. Le pidió a Ernesto que se probara sus zapatos para ver si a él tampoco le quedaban.
– No estoy seguro de que estemos creciendo, quizá el mundo se está encogiendo – Dijo el pequeño imaginario mientras intentaba con fuerza ponerse su zapato.
– Tonterías, algo malo está pasando y si seguimos mutando así vamos a destruir el mundo. No quiero que todos mueran todavía, apenas es viernes – Dijo asustado Javiercito, mientras la facilidad de palabra sorprendía a Ernesto, quien aún no podía ponerse el zapato.

La única  solución para evitar un desastre mundial parecía ser pedirle a la madre de Javiercito que deshiciera las palabras que los habían condenado, y así hicieron los pequeños. De manera atenta y formal, solicitaron volver a sus vidas anteriores.

– No – Dijo la madre de Javiercito. – No puedo revertir esos cambios. Pero no hay por qué preocuparse, no creo que la pubertad sea tan entretenida –.

viernes, 13 de marzo de 2015

Dare You To Move

Acepto el hecho de que mi curiosidad será lo que me va a sacar de cada uno de mis problemas para meterme en dos.  

                Ocurre que cuando la manera de hacer las cosas entra en debate, la historia tiene como patrón el tomar caminos paralelos, entonces, por qué son tan distintos si salen y apuntan al mismo lugar, me pregunto seguido. Resulta que la diferencia es mucho más que una sola palabra, o la manera de interpretarla. El cerrarse de mente a otro punto de vista suele ser la perdición para la convivencia; el verdadero problema es, a mi parecer, que el cerrarse de mente es imposible en esencia. Por mucho tiempo en serio creí que el gran desperdicio del mundo era tener más de una manera “absoluta” de ver cualquier cosa, pensando un poco me doy cuenta de que nunca ha sido el caso, ni siquiera en la forma de respirar hay absolutos.

                Entonces el por qué es tan complicado llegar a un acuerdo no tiene que ver con la capacidad de entrar en otros zapatos, es menos complicado y más hermoso que eso. Lo que me exenta de sólo ser una masa de carne andante es mi capacidad de creer que estoy exento de serlo, eso debe significar que el secreto de cómo es que puedo tejer mi red de ideales y pensamientos debe estar en un punto virtual de mi pensamiento que sólo alberga ciertas cosas, las importantes.

                Para mí, eso refleja el hecho de que lo verdaderamente importante está en las raíces de nuestro pensamiento; cuando difiere de una persona a otra lo natural es el rechazo. Lo que parece verdaderamente correcto para un punto de vista puede ser completamente erróneo para otro, y eso está bien. El día en que todas las personas empecemos a compartir el mismo árbol de ideas, dejaremos de ser personas.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Aire de Vida

Hace ya hace algún tiempo que estoy convencido de la honestidad de la sonrisa que dibujan tus ojos por encima de las palabras.
                Te miento si digo que menosprecio esas palabras, aun así. Escucho atentamente y trato de recordar todo lo que pueda, porque "el carácter activo del amor es dar"; cuido, respeto y celo lo que me compartes. Pero lo que dicen tus ojos no se puede entender como si fueran viles palabras, si son las ventanas a tu alma, entonces tú tienes amor ahí dentro.
                Cuando sonríes con esos ojos brillantes me lleno de tranquilidad y me gusta estar vivo, cuando tus labios van a la par de tu alma me siento como si estuviera patinando en la media luna que forman, yendo y viniendo en su piel. Hay algo de magia cada que sonríes, no sé tú pero yo siento que detienes el tiempo.

sábado, 14 de febrero de 2015

So Little Time

Con el tiempo me he dado cuenta de que el cambio es inherente al vivir, una parte de mi quisiera volver a ser como antes, otra quiere que el momento que estoy viviendo dure para siempre. Es normal el anhelar volver a vivir algo en el futuro, y en realidad si se vuelve a vivir no importa.
                Sonreír porque algo pasó es la magia de crecer, sentirse triste porque algo pasó también lo es. Siempre pensé que la manera de madurar y entender el mundo era apreciar todo lo que pueda aprender y esperar que en el futuro las cosas siempre van a salir bien; es una forma interesante de vivir, aprendí que todo lo malo me deja algo, a veces incluso mejor que una buena experiencia, pero no es suficiente. Concentrarse en aprender y evitar perder no es la mejor forma de vivir, aprendí de la peor manera que jamás voy a terminar de entender desde lo más simple hasta lo más abstracto, todo tiene una página más al final que no podía ver al principio.

                Cuando he cometido un error intento remediarlo de inmediato, dejar crecer un problema le ha dado a mi vida cambios muy grandes. Nunca supe si luchar por mantener un rumbo iba en contra de mi propia expectativa del mundo, quizá no hay manera de saber qué habría ocurrido, pero no importa, lo que tengo ahora es lo que he formado de mí y no me puedo culpar por intentar conservarlo. Mi felicidad llegó bajando las escaleras y me ha enseñado que cuando dejo de anticipar, mi vida toma giros agradables. Abrazar un cambio es aprender a vivir, abrazarse a uno mismo es madurar, pero para mi, disfrutar cada abrazo es disfrutar estar vivo.